Bake Sales as Fundraisers-- This is how to do it!

We've all heard/attended/supported/enjoyed bake sales, right?
They're a great way to eat delicious, baked goods and support a cause.
But to be honest, I never bought goodies from a bake sale and left feeling as inspired as I did a few weeks ago.
My friend Margie, who runs her home-based cupcake business, Sweetie's Desserts, came over to hang out one night and shared a very neat birthday tradition that I'd known about, but had never attended-- her annual bake sale.
Here's how it goes:
She selects a charity organization, close to her heart (often times involving support for children).
Right around her birthday, she picks a weekend to bake cupcakes, cakes and a bunch of other desserts.
The night before the bake sale, she stays up ALL night baking and glazing and decorating hundreds upon hundreds of treats (and she purchases her own baking supplies).
She sets up an elaborate cupcake display using large dining room tables throughout her house.
Dozens of pastry boxes are set-up near one of the cupcake tables for guests to take and fill with as many goodies as they can fit.
She also prices more elaborate desserts individually for guests to purchase separately.
The only thing Margie asks is that in exchange of filling your box with as many baked goods as possible, you make a donation to her selected charity.
Dozens of people show up at her house to wish her a happy birthday, enjoy some yummy sweets and most importantly, support her in her attempt to make this world a better place.
This year's bake sale proceeds went to CASA For Children.
One guest said: This event should have been called: "Cupcakes for CASA" (Aweeee).
On my way home from Margies bake sale, I wondered what I could do to help others. Sure, I turned over a small donation but it takes more than a few dollars in your wallet to really make a difference!
I was really inspired.
Thanks, Margie. xoxo

Benny's quick to grab his pastry box...he sees cupcakes and he wants them all!

Benny and Margie!

En español

Todos hemos oído o asistido a ventas de pasteles ¿verdad?

Son una buena manera de disfrutar de deliciosos panes dulces y apoyar una buena causa.
Pero la verdad es que nunca había comprado golosinas de una de estas ventas de pasteles y salido sintiéndome tan inspirada como hace un par de semanas.
Mi amiga Margie, que dirige un negocio de cupcakes en casa llamado Sweetie’s Desserts, me visitó una noche y compartió una tradición de cumpleaños que yo ya había escuchado, pero a la cual nunca había asistido-- su venta anual de pasteles.
Así es como va la cosa:
Margie busca una organización caritativa que le conmueva (muchas veces relacionadas con apoyo infantil).
Cerca de la fecha de su cumpleaños, escoge un fin de semana para hornear bizcochos, pasteles y un montón de otros postres.
La noche antes de la venta de pasteles, se queda despierta toda la noche horneando y decorando cientos de golosinas (y cabe mencionar que compra sus propios suministros para hornear).

Todo termina con una exhibición elaborada que se expande a lo largo de varias mesas alrededor de su casa.

Ubica decenas de cajitas para pasteles cerca de una de las mesas de postres para que los invitados tomen una y la llenen con tantas golosinas puedan caber.
También hace otros postres más elaborados y les pone precio para para que la gente compre por separado.
Lo único que pide Margie a cambio de dejarnos llenar nuestra caja con cuantos pastelitos quepan, es que se haga una donación a su caridad seleccionada.
Muchísimos personas llegan a su casa para desearle un feliz cumpleaños, disfrutar de unos deliciosos postres y lo más importante, apoyarla en su intento de hacer de este mundo un mejor lugar.
Las ganancias de la venta de pasteles este año fueron para la organización CASA.
Uno de los invitados dijo: Este evento debió haber sido llamado: "Cupcakes para CASA" (Me encanto ese pensamiento).
En mi regreso a casa de la venta de pasteles de mi amiga Margies, me pregunté, ¿qué puedo hacer para ayudar a otros? Claro que siempre se puede hacer una pequeña donación, pero se necesita más que regalar unos cuantos dólares de la billetera para realmente hacer una diferencia!
Y es que Margie realmente me inspiró.
Gracias, Margie. xoxo