The Tinkerbell Half Marathon began at 5:00am |
My husband and my little toddler woke up at 3:30am to join mommy and watch her run her second half marathon, the Tinkerbell Half Marathon at Disneyland. I prepared ahead of time and purchased a chEAR squad package for my boys so they would have comfortable seating, continental breakfast and access to the runners’ area (it’s an option for maximum comfort but a bit too expensive I would say).
When the race started, Benny’s eyes spoke of major
sleepiness but he ate a cookie and stayed up watching mommy wave as she started
her 13.1 mile journey. Once inside the reserved chEAR squad area, Benny seemed
to have the time of his life greeting a few of the famous characters (like
Goofy who picked up sweaters and other items dropped by runners along the way).
Benny also gave his dad a bit of a challenge because the poor little guy was
sleepy and fussy but at the same time, over-stimulated by the cheerful and vivacious race
atmosphere. Once mommy crossed the finish line, Benny was ready to finally take
his mid-morning nap and barely got a chance to play with my Tinkerbell medal
before his eyes couldn’t stay open any more. It was soooo sweet to have my boys
there supporting!
Paul tells me the crowd erupted in cheers and joy when the first runner crossed the finish line |
"I'm just sleepy, mommy" |
En español
Mi marido
y mi niño pequeño se despertaron a las 3:30 de la madrugada para acompañar a
mamá y verla correr su segundo medio maratón, el “Tinkerbell Half-Marathon” o
carrera de Campanita en Disneylandia. Me preparé con anticipación y compré
boletos para la sección del escuadrón “chEAR” para mis amores para que tuvieran
asientos cómodos , desayuno continental y acceso a la zona de los corredores
(una opción de lujo pero demasiado cara).
Cuando
la carrera se inició, los ojos de Benny mostraban tener mucho sueño, pero se comió
una galletita y se quedó esperando a mamá cuando apenas comenzaba mi jornada de mas de
13 millas. Una vez dentro del área reservada “escuadrón chEAR”, parece que
Benny se divirtió de lo lindo y hasta alcanzó a saludar a algunos de los
personajes famosos (como a Tribilín que iba recogiendo suéteres y otros
artículos que tiraban los corredores). De esa misma manera, Benny le dio a su
padre un poco de dificultad, porque el pobrecito de mi hijo tenia muchísimo sueño,
pero a la vez, estaba sobre-estimulado por el ambiente alegre y vivaz. Una vez que cruce la línea al final de la carrera, Benny estaba sin mas
energía y listo para dormir. Con decirles que casi no quiso jugar con mi
medalla de Campanita porque sus ojitos ya no podían permanecer abiertos.
¡Fue muy
lindo tener a mi esposo e hijo ahí apoyándome!
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