We have arrived. Time to power walk to my office! |
And riding the train is no easy task.
I say this because I’ve never been a morning person and even with a one year old, waking up at 5:30am, showering, getting dressed, packing my lunch, filling up my water bottle, changing the baby, driving him to daycare and finally pulling up to the train station seems like a huge life mission for a single morning.
I park my car at the train station and board the 7:00am Metrolink to Downtown LA. It’s a whole lot of work but it’s worth it.
It’s worth it because on the train ride, I can focus on applying my make-up carefully. Or I can nap or read the news or listen to music. But most importantly, it’s worth it because taking the train to work, means a refreshing morning workout.
The walk from Union Station to my office is about 20 minutes long. I have to hurry out of the train, power walk down the long hallways, rush through pedestrian traffic, cross several streets, walk up stairs, zoom through the building’s courtyard, go up the elevator, enter my office, sit at my desk and hope to be logged in by 8am. And trust me, by the time I turn on my computer, I’m sweating!Once I clock out for the day, it’s the same exact story…
According to one of my cell phone apps, the daily routine helps me burn 115 calories!Here’s a little picture display of my morning and afternoon walking commute.Enjoy!
Metrolink Employees on hand to answer traveler questions |
This is where I check to make sure my train is on time |
Hundreds of people working in downtown take the train to work |
Stairs to give those legs a little challenge |
The walking man is my best friend when I'm running late to catch my train home |
These crosswalk poles offer sound and vibration for the vision impaired |
At last...Union Station |
It's a long way to get to my train |
Uphill walks |
And we're back at my train! Next I arrive at my city station, get in my car and drive to pick up my son from daycare |
En español
Si salgo de la casa por la mañana con plan de ahorrar en la gasolina para el carro, las tarifas de estacionamiento y la frustración del tráfico, no me queda mas de tomar el tren al trabajo.Pero viajar en el tren no es tarea fácil.
Les digo esto porque para empezar, nunca he sido madrugadora, ni siquiera teniendo a un hijo pequeño. El hecho de despertar a las 5:30 am, bañarme, vestirme, empacar mi almuerzo, llenar mi botella de agua, cambiar al bebé, llevarlo a la guardería y, finalmente, llegar a la estación de tren casi se me hace una exorbitante jornada.
Pero en fin, dejo mi coche en la estación de tren y subo al Metrolink a las 7 a.m. rumbo al centro de Los Ángeles. Realmente es demasiado lo que tengo que hacer antes de subir a ese trenecito pero la verdad, si vale la pena.
Vale la pena porque en el viaje del tren puedo concentrarme en aplicar mi maquillaje con cuidado. También puedo dormir una siestita o leer las noticias o escuchar música. Pero lo más importante, lo que hace que esta misión valga la pena es la oportunidad de lograr un ejercicio refrescante por la mañana.La central del tren me queda como a 20 minutos de la oficina, a pie. Así que el ejercicio comienza en cuanto salgo del tren porque camino a prisa por largos pasillos, luego le corro entre el tráfico peatonal para salir de la estación, después me toca cruzar varias calles, subir escalones, caminar rapidísimo por un amplio patio del edificio, tengo que presentar mis credenciales para entrar, subir al elevador, llegar a mi oficina, sentarme en el escritorio y esperar que logre conectarme a la computadora antes de las 8am. Y créanme que este recorrido me hace sudar!!
Una vez que se acaba el día laboral, es repetir todo el proceso exactamente igual rumbo a la casa.Según una aplicación del celular, mi caminata diaria ayuda a que pierda aproximadamente 115 calorías.Aquí les comparto unas imágenes de lo que vivo cada vez que tomo este método de transportación al trabajo.
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